LA CRUZ DEL MALECÓN

                                                         Por Miguel Massotti
 

 

Murcia, calor, hora de la siesta; por el Paseo del Malecón no baja ni un lagarto, Alguien con su cruz camina bajo el sol. ¿Cuántas cruces pasaron hoy por el Malecón?

Murcia, frío, amaneciendo por el Paseo del Malecón entre la bruma y el rocío de los huertos cercanos. Alguien camina con el frío calado en les huesos. ¿Cuántas cruces pasarán hoy por el Malecón?

El Paseo del Malecón es como un brazo urbano que se interna en la huerta más honda y cercana que nos queda. Es la mano larga del novio que desde el Plano de San Francisco hasta la escultura de D. José María Muñoz acaricia sin pudor la piel huertana del limonero y las habas, la lechuga larga de oreja de burro y la pava más genuina de La Arboleja.

Por el Malecón, cuando no es paseo y es camino, llevan su cruz los zagales que van al colegio Marista: frío mañanero en las manos y los pies en invierno, solecico reparador en el mediodía y sombras con prisa alsalir de clase con el anochecer encima. Cruz del estudiante en forma de libros y libretas que van y vienen por el Malecón. La cruz de los exámenes se suda bajo el sol y sobre la Sartén del Malecón en junio y septiembre

Otra cruz mucho más pesada llevan hombres y mujeres por el Malecón. Es la de la salud perdida y el exceso de peso. Estos se distinguen por su calzado deportivo y su atuendo de ciudad. Buscan las horas mas templadas del día para dar la caminata que sólo se detiene unos segundos para cruzar las Cuatro Piedras, donde un monolito -que no cruz- recuerda al policía murciano que mató, una bomba sin razón.

Por los alrededores del Malecón, apostados en oscuridades y marginalidad, también los hay con su cruz de la necesidad, buscando el amparo transitorio de mil duros, que los llevará de cabeza a depender cada vez más de su propia desgracia.

Y un solo día al año, Miércoles de Pasión, a cuarenta y ocho horas del Viernes de Dolores, la campana del convento de las madres capuchinas revolotea en el aire murciano del Malecón anunciando la salida de la cruz que nos redime la del Gran Poder.

Camina sobre los hombros nazarenos que esperan día tras día formar cortejo un día al año por el Paseo del Malecón con el sol poniente a la espalda, la torre de la Catedral a la vista y el Gran Poder en todo lo alto.

Estampa murciana y nazarena, la de Jesús con su cruz -la del pecado nuestro- que lleva la Semana Santa a las puertas de la ciudad por el Malecón, para obrar el milagro de la Pasión, Muerte y Resurrección. Y que otro año mas lo hará en barroco murciano por sus calles estrechas, con caramelos y huevos duros en las "senás" de sus estantes Con pasión, fervor y sentimientos mezclados con fe y primavera

Pasarán los días y volverán las cruces de los estudiantes a pasar por el Malecón la cruz del que sufrió el infarto y el de la tensión alta, la cruz del marginado y la del paseante. Todos encontrarán: amparo, caridad, esperanza, perdón, salud, rescate, refugio, misericordia, fe y resurrección en la sangre de Jesús.. de Jesús del Gran Poder, el de la cruz del Malecón.

Miguel Massotti 2001